El pequeño e idílico pueblo dedicado a la viticultura y al turismo está marcado por el arroyo Frohnbach que lo atraviesa y mantiene un récord regional con sus 20 puentes grandes y pequeños. Numerosas bodegas, molinos de agua y casas históricas de viticultores son testimonios de la agitada historia de Burgen. A este pasado pertenece también un hombre llamado Johann Peter Petri, mejor conocido entre sus contemporáneos alrededor del año 1800 como «der Schwarze Peter» (Pedro el Negro). Fue un infame jefe de bandoleros que es considerado, ciertamente, como el inventor del juego de cartas del mismo nombre.
Tranquilidad y descanso
Pero Burgen no solo destaca por su historia accidentada, si no, y sobre todo, por su situación idílica y la consiguiente tranquilidad. Esta situación remota en plena naturaleza convierte a esta pequeña población turística en un oasis de tranquilidad y descanso, lejos del ajetreo del trabajo diario. Situado en la misma frontera entre Hunsrück y Mosela (distancia: 3 km), Burgen es un punto de partida para numerosas y variadas rutas de senderismo perfectamente señalizadas. Un paraíso para los excursionistas, los aficionados al ciclismo y las bicicletas eléctricas y los amantes de los animales. Viñedos, prados, vegas y hayedos ofrecen al visitante en busca de tranquilidad una variedad difícil de encontrar, incluso en el Mosela Central.