Kesten le da la bienvenida con sus antiguas propiedades vinícolas que marcan el idílico núcleo urbano y cuentan la historia de este pueblo de viticultores milenario. Por ejemplo, la propiedad Himmeroder Hof con sus llamativos miradores que pertenecía antiguamente a la Abadía de Himmerod, o la propiedad Paulinshof situada en el centro de la población, testimonio de la presencia de los canónigos de St. Paulin en Tréveris, así como la propiedad del último príncipe electro de Tréveris, Clemente Venceslao, que impulsó el cultivo del Riesling en la región del Mosela. Además, el maravilloso manantial, del cual, según se dice, ya habría bebido Julio César y que posee un estanque para pisar agua según el método de Kneipp, goza de gran popularidad como destino de excursiones, no solo entre la población del entorno cercano.